MUY DISTINTOS
El Presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, acaba de concretar un gesto que merece una especial consideración por su naturaleza y contenidos y que refleja de modo patente y manifiesto un estilo en el comportamiento de la vida política en el país vecino.
Con motivo de la presentación de un proyecto de ley para la reforma del sistema previsional, concurrió a la sede del Frente Amplio, principal partido político de la oposición y fue recibido por el jefe de la agrupación, Fernando Pereira.
Fue invitado entonces a recorrer la casa “Liber Seregni” y ambos aprovecharon la ocasión para conversar y obtener fotos con los militantes.
En un clima de cordialidad y distensión compartireron el tiempo y las charlas todos los presentes.
Luego vendrá la oportunidad y la ocasión del estudio y ponderación para el proyecto arrimado por iniciativa presidencial.
Tampoco fue un gesto original, ya que es una retribución a la visita de Tabaré Vazquez, entonces presidente en ejercicio, a la casona del partido Nacional en el centro de Montevideo, cuando fuera recibido por el líder Jorge Larrañaga.
Gestos recíprocos de la profunda vida cívica que caracteriza al pueblo oriental y que es patrimonio común de los uruguayos en forma excluyente.
Esta es la base sólida sobre la cual los gobiernos construyen las estadísticas que configuran al Uruguay como un país ejemplar.
Los indicadores internacionales están contestes en certificar que en latinoamérica tiene los más altos estándares que lo acreditan como el mejor país para vivir e invertir:
Es el número uno en calidad democrática.
Es el que tiene el mas bajo coeficiente en materia de corrupción.
Es quién ostenta el más alto índice en materia de libertades civiles y califica en certificaciones únicas como ser la legalidad del cannabis, con regulación del mercado en la especie.
Es quién tiene la mas alta calificación en cuanto al estado de derecho.
Es quién registra la mayor dinámica en movilidad social.
El episodio de las visitas recíprocas de los presidentes a las sedes de la principal fuerza opositora, edifica una imagen potente que certifica la construcción de políticas de estado, con seguridad jurídica, previsibilidad y responsabilidad institucional.
Refleja el comportamiento de ambas expresiones políticas: el que invita, recibe y el que acepta el convite y concurre. La instantánea refleja un comportamiento común de los actores y un constante compromiso en la construcción del futuro.
Ambos extienden el brazo y tienden la mano cordial para construir y protagonizar el porvenir. La política se construye con el otro y nunca contra el otro.
La disputa electoral deja paso a la articulación con el intercambio fecundo y la búsqueda de acuerdos.
Alternancia, diálogo y respeto son pilares indestructibles de la vida cívica uruguaya.
Durante la pandemia, Tabaré Vazques preparó con sus equipos un análisis de la situación sanitaria y estrategias para la política oficial.
Concurrió al despacho presidencial y dejó las ideas del Frente Amplio en la materia.
Luis Lacalle Pou analizó las propuestas y visitó al domicilio particular de Tabaré Vazquez para debatir las posturas.
En el consenso se obtuvo la política de “Libertad Responsable” que tipificó la respuesta a la pandemia.
Mientras tanto, en Argentina, la cuarentena eterna, la fiesta de cumple años presidencial y el vacunatorio vip contrastan con la prudencia y sobriedad de un estilo inquebrantable en la otra orilla.
En los versos que colorean “Memorias para los Orientales”, Jorge Luis Borges describe que: “El sabor del oriental con estas palabras pinto; es el sabor de lo que es igual pero un poco distinto”.
El desquicio de nuestra vida política se refleja en los padecimientos económicos y las crisis interminables que se suceden invariablemente.
Tan cerca pero tan distantes, los uruguayos marcan con fuertes contrastes su vida cotidiana, con expresiones de los líderes políticos que los hacen muy distintos, mucho mas que en los versos de Borges.
