TÈTE A`TÈTE, pero en público
En un reciente y espontáneo intercambio de habilidades, midieron espadas en plena sesión del Senado, la titular Cristina Fernández y uno de sus miembros Martín Lousteau.
Para alegría y regocijo del colectivo feminista, la dama obtuvo un “knockout técnico” ante un manifiesto “no contest” del ocasional contendiente.
Antes de dar inicio a la exposición del Jefe de Gabinete Agustín Rossi, haciéndose cargo de algunos comentarios de la oposición, Cristina los cruzó con una advertencia respecto a que resulta innecesario para este tipo de sesiones la existencia de quorum, circunstancia reglamentaria que deberían haber aprendido hace tiempo.
De forma inmediata, Martín Lousteau en tono irónico devolvió la atención destacando que deberían haber aprendido de economía a esta altura de los acontecimientos.
Sin solución de continuidad, su antigua Jefa, le recordó: “Me enseñaste vos con la 125”, aludiendo a la iniciativa promovida por el entonces Ministro de Economía y que motivó la disputa con el campo en su anterior gobierno.
El famoso dispositivo de retenciones móviles es pura autoría del ambicioso Senador y generó su posterior renuncia ministerial.
Difícil y controvertida etapa del joven radical que tiene muchos inconvenientes para explicar ese período de su trayectoria a la par que la presidencia en el Banco de la Provincia de Buenos Aires en el gobierno peronista.
Pretensiones múltiples para el economista que portaba distintos proyectos con variados horizontes, metas y fatigaba espacios para consumar intenciones, careciendo al menos entonces de límites y recaudos para tentar su suerte.
Carece de las habilidades de otro notable exponente del gobierno que hace escuela en las idas y vueltas de las posturas políticas, con cambios constantes, notorios, ofertando su condición de salvador.
El cruce dialéctico se cerró con un estruendoso silencio ante el último y categórico aserto de la encendida expresión que daba cuenta en el modo en que se hizo efectivo el aprendizaje de la economía.
Indudablemente, la señora no ha tenido un buen maestro.
La atenta, sagaz, ocurrente y pronta respuesta inmovilizó fatalmente al contrincante y expone en forma cruel las dificultades de los cambios de rumbo y las ambiciosas oscilaciones del devenir en los oportunos turistas de la política.
Dificil contendiente, Cristina demuestra intacta la centralidad y el dominio del escenario.
Enfrentarla no es para cualquiera, exige convicción, transparencia y buenos antecedentes.
Detecta con precisión los flancos débiles y deja sin respuesta al ocasional oponente.
La disputa es demostrativa de jerarquías y niveles.
A cada uno lo que le corresponde