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LA PERSONA Y EL PERSONAJE

LA PERSONA Y EL PERSONAJE

Los argentinos asistimos perplejos al despliegue escénico de un personaje inefable y singular.

El candidato más votado en las PASO erige su figura bajo la técnica  de los  clásicos y antiguos trucos en los inicios teatrales. Enancado en la vieja usanza acude a una máscara, amplifica su voz en tonos altisonantes y utiliza expresiones simbólicas, categóricas, despiadadas en el trato con los políticos tradicionales.

Asistido por empresarios que necesitaban de la prédica de las ideas liberales y del mercado libre, comunicadores sorprendidos con el rating que acompañaba al aguerrido panelista, se inicia un derrotero por medios de comunicación y redes sociales que crecía a la par de la bronca, desengaño, hastío y rechazo al mundo oficial

Luego, los favores a Javier Milei se extienden, propalan, crecen en las usinas oficiales como una necesidad imperiosa de dividir el voto opositor y escamotear electores a la entonces principal oposición, coronando la estrategia con la distribución en tercios y el casi triple empate.

El milagro de la sobrevida del ministro candidato a la par que consolida una horrorosa gestión necesita de un crecimiento del acérrimo extremo para mantener esperanza del ingreso al ballotage y construir entonces una polarización de vida o muerte.

Millei se constituye en la opción que tienen que alimentar para mantener con su electorado cautivo un espacio competitivo.

La puesta en escena del personaje anarco-libertario adquiere tal nivel y entidad que escapa a las previsiones mas optimistas de unos y otros.

Actualmente les pilla votos a las dos coaliciones mayoritarias y ambas ligan su suerte exclusivamente a entrar al ballotage, para luego jugar el destino a la antítesis entre el caos, la previsión y la cordura, casi en un lenguaje común frente a un adversario extremo.

Es tan precaria la gestión gubernamental, con un Presidente y una Vice Presidenta virtualmente ausentes, que solamente el intrépido Ministro Candidato y su osadía mantienen una tenue luz de esperanza en el medio del espantoso presente del espacio.

La expectativa electoral converge en un personaje que ha construido una fantástica ficción.

Sus intervenciones levantan a la par y sin mesura: esperanza, miedos, fervor, pánico, todo ello sin términos medios e impiden que se puede adoptar una actitud indiferente.

En la práctica se advierte que se esta con él o contra él.

El personaje que representa al candidato ha superado con creces a la persona y se erige en una figura consular de la vida política nacional.

Es el producto perfecto de la descomposición económica estructural en que se encuentra el país.

Sin mucho esfuerzo se advierte la reproducción de la República de Weimar, en una versión criolla pero identificada en una marcada inestabilidad, incertidumbre y fuerte crisis económica con niveles virtuales de hiperinflación.

Factores propicios para la naturalización de propuestas mágicas y derroche de totalitarismo, centrado en una personalidad excéntrica, inestable, abusiva e impedida de escuchar y atender voces discordantes o disonantes.

En los próximos días prácticamente no existirán precios en el mercado y los pesos saldrán de escena con un traslado compulsivo al dólar a cualquier precio.

El Ministro candidato en exposiciones increíbles destaca que este no es su gobierno y se pavonea con inexplicable soltura que el suyo será el próximo.

Delicias de la política delirante.

En un dato estremecedor se advierte que los billetes de más alta denominación en el país, $ 1.000 y $ 2.000, virtualmente, tienen el valor de 1 y 2 dólares estadounidenses, patética comprobación de la inexistencia de una moneda que cumpla con el principio básico de resguardo de valor.

Ante dicha inexistencia, es una cuestión de poco tiempo, el cambio de signo monetario, la quita de varios ceros una vez más a la moneda o la mentada dolarización.

El camino del actual gobierno ha fracasado y el cambio debe ser estructural.

La elección resulta crucial para la esperanza de un país normal.

El personaje y su ficción pueden acabar en una realidad fatal.

Momentos estremecedores para repasar los fragmentos de Federico Luppi en diálogo con su hijo en la película “Martin” (Hache), donde explica con la crudeza de la persona mayor que ha vivido varias crisis, “La Argentina es una Trampa” y “Siempre te cagan”.

Pandora fue responsable de abrir la caja que le fue dada por los dioses y que contenía todos los males, liberando las desgracias que aquejan a la humanidad, pero lo último que quedaba en la caja antes de cerrarla es la esperanza.

La elección resulta crucial para evitar el relato o la ficción.