/TOGA Y MARTILLO

TOGA Y MARTILLO

TOGA Y MARTILLO

            El reciente Decreto de Necesidad y Urgencia y el Proyecto de Ley Omnibus remitido por el Poder Ejecutivo contienen reformas económicas, políticas, sociales de todo tipo y especie.

            Algunas de índole singular, traídas de la tradición romana, hispana y anglosajona.

            Me refiero a los nuevos alcances del art. 52 de la ley de juicio por jurados que contempla: “El juez o jueza vestirá toga negra y usará un martillo para abrir y cerrar las sesiones o cuando resuelva alguna incidencia”.

            La picota reformista no conoce de hijos y entenados y todos caen bajo el entramado de cambios y propuestas imperativas.

            En el caso de los jueces la iniciativa es uniformar la vestimenta en la presencia pública de las audiencias.

            Se acaban los trajes, camisas y corbatas engamadas, como también los códigos informales o de sport arreglado.

            Ahora deben vestir uniforme y munirse de un contundente elemento para hacer sentir sus ruidos.

            La toga es una prenda emblemática que distingue a los jueces, fiscales y abogados en otras latitudes.

            Constituye un símbolo de formalidad, seriedad, uniformidad, sobriedad y sencillez.

            En la Argentina no hay cultura de su empleo pero la implosión reformista  trae la vestimenta para los jueces en el ejercicio de sus funciones.

            Pueden respirar aliviados los magistrados que, hasta ahora, se salvaron de las pelucas que distinguen a los magistrados británicos e integran parte imprescindible de su uniforme inexcusable.

            Ante tanta imaginación y arrebato, la lista de ocurrencias es infinita.