LOS MODOS, EXCESOS Y EL RESULTADO
El Presidente no ceja en su actitud estridente, agresiva e insultante para todos lo que opinan diferente.
Aún al riesgo de obtener en seis meses de gobierno solamente una norma legal, diezmada desde su proposición originaria, persiste en su actitud de campaña exitosa y extiende sus diátribas en el plano internacional.
Absorviendo e incorporando vastos sectores del Pro y Radicalismo, suma a su tropa independiente los enojados y desencantados de la política tradicional, en la ordenación de un espacio amplio que edifique una nueva polarización desde su particular visión unipersonal.
Es su figura y su palabra encendida la que se alza contra el sistema que gobernó la Argentina en los últimos años.
Favorecido por una notable paciencia social, encuentra una cerrada oposición kirchnerista, a la cual se suman los grupos extremos alimentados tradicionalmente desde dicho ámbito y la izquierda que confluyen en el estallido de una violencia irrazonable.
La oposición dialoguista permite una apertura transversal en el fanatismo del líder, instrumentada por actores de distinta configuración, compostura y procedimientos, con lo cual se abren pasos a una gobernabilidad de mínimos acuerdos y consensos.
Mientras tanto, los sectores medios de la sociedad aparecen como los más castigados por el brutal ajuste y la liberación de los precios en general.
La clase media, en todas sus variantes, sufre el descenso en su nivel de vida y acomoda sus bartulos para limitar gastos y auscultar las necesidades elementales, mientras advierte una pronunciada caída en sus niveles diarios y cotidianos de consumo.
En la oposición nadie se hace acreedor de estas vicisitudes y padecimientos para mejorar su expectativa electoral.
Los precios de los bienes y servicios escalan sin límites y los salarios no acompañan el estruendo.
Las empresas medianas y chicas sufren el ahogo por los gastos y la baja del poder de compra.
Se desploma el nivel de actividad económica y se achica el consumo desplazado a las necesidades básicas.
El cuadro aumenta el desempleo y oscurece el horizonte.
La gente se refugia en sus gastos elementales, cuida, mira atentamente, se priva de desembolsos otrora habituales y limita cuidadosamente sus gastos.
La economía se achica y no hay datos objetivos de mejoras en los niveles de actividad, producción y consumo.
La gente joven comprometida con la actividad privada mantiene un apoyo irrestricto a las políticas que desplazan la intervención estatal
Los emprendedores extreman la paciencia en aras de la libertad de mercado.
Los jubilados, empleados estatales, subsidiados y dependientes de distinta clase y especie del beneficio estatal, levantan la protesta a la par que los grupos comprometidos con el kircherismo y la izquierda.
La CGT dividida entre el paro, la protesta, el diálogo, permite la crítica, se aleja de la marcha de los más duros y no se compromete con la violencia y los excesos
En definitiva se mantiene el desconcierto de una oposición dividida y desconcertada.
El supuesto juicio político al Presidente salió de la escena y no figura en ninguna agenda.
El intento de golpe al que alude el Presidente por las violentas manifestaciones y los diputados y senadores que acompañaron la marcha, no es más que una especulación política exagerada y desprovista de toda sustancia.
La gente en la calle elevando su protesta y algunos excesos de grupos identificados, coordinados y mandados al abuso no representan más que un ejercicio normal y natural de las disputas democráticas.
Se trata de detener a los violentos y destructivos, que la justicia haga sus tareas incluso con la responsabilidad de reparar los daños tanto al agresor directo como a la organización a la que pertence.
La caída de la inflación y la sanción de la ley brinda un respiro transitorio.
La popularidad del presidente sostenida en el excelente manejo de las redes sociales, la singular disputa en el seno de la CGT, la oposición fraccionada le permiten al Presidente persistir y continuar con su particular estilo.
La Ley Bases, podada de su versión original, a la par que el Paquete Fiscal diezmado, tienen todavía un combate pendiente en Diputados como camara de inicio.
Además, como último recurso resta el Veto Parcial del Presidente y la insistencia con voto calificado de las Cámaras.
Faltan algunas páginas para la versión final y definitiva.
Los últimos tiempos dan cuenta de la apertura de una pequeña hendidura para el diálogo y los consensos mínimos, prueba de ello son la sanción de la ley Bases y el Paquete Fiscal y el anunciado viaje del Presidente a China, luego de haber recibido la asistencia con un aporte fundamental al renovar la deuda hasta el año 2026.
El gobierno Chino aporta una ayuda inestimable para la elección de medio término del año 2025.
Semejante asistencia permitiría a su vez una similar del F.M.I.
Muy curioso es la situación de Martín Lousteau, Presidente de La Unión Civica Radical, ya que si bien votó el rechazo con el universo Kircherista, permitió en el origen con su presencia el quorum necesario para dar inicio a la sesión y mantuvo el quorum en los momentos de mayor tensión evitando la huída de la oposición y la privación de quorum para continuar y de tal modo hacer caer la sesión.
En esto también deben agradecer a los dos senadores por Santa Cruz.
Mitad agradecimiento y mitad enojo por su decisión final de rechazo.
Dificil situación con sus pares ya que todos los senadores radicales votaron por aprobar la ley.
Probablemente en este aspecto también juege un agradecimiento silencioso a su historia de funcionario peronista: Ministro de Economía de Cristina; Ministro de Producción, Jefe de Gabinete y Presidente del Banco Provincia durante la gestión de Felipe Sola como gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
Las designaciones políticas al fin y al cabo nunca resultan gratis y tarde o temprano hay que pagar algún costo.
En definitiva, no habrá transformación hacia un Presidente equilibrado, moderado y contemplativo en sus expresiones y formas, ya que su negocio político tiene otros rumbos.
Sus inspiraciones han construido una grieta furiosa y de otra naturaleza y composición entre el “Elegido” y la “Casta”.
Algunas de sus espadas mantendrán el diálogo y la construcción de consensos mínimos pero siempre bajo el fuego sagrado de la ira y la descalificación presidencial.
Desde el economista deconocido, solitario y mediático sus métodos fueron exitosos en términos de resultados.
Autodenominado “El Elegido” insiste en su convicción “Celestial” y su condición de “Enviado”, y se desarrolla con un modo que le ha resultado útil para la construcción política.
Desde la lógica de un hombre común, estructurado y conservador me resulta muy dificil la comprensión del fenómeno.
Seguramente los políticos y sus quehaceres son los grandes responsables que la ciudadanía lo eleve a la condición presidencial.
Inevitable, tiempos de excesos, incertidumbre y malos tratos.