LAS COSAS POR SU NOMBRE
“La ampliación de la tarjera Alimentar es Pan para hoy y hambre para mañana”
Emilio Pérsico
En estos días, el gobierno dispuso la ampliación del Programa Alimentar, por el cual brinda asistencia económica a los sectores más vulnerables.
El líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, Secretario de Economía Social, del Ministerio de Desarrollo Social, declaró públicamente que la ampliaciòn de los recursos destinados a la Tarjeta Alimentar, anunciados por el Presidente, “no resuelven la inflación” y que en lugar de ayudar a los más necesitados, se les esta dando: “pan para hoy y hambre para mañana”.
En una notable caracterización de la realidad social culminó: “eso no es inclusión social; la única inclusión social es el trabajo”.
Las expresiones fueron lanzadas a las organizaciones sociales de distinto género, en una valoración que lo distingue conceptualmente de la política oficial del gobierno que integra.
Reclamó planes de financiación de construcción de viviendas u otras medidas que den trabajo “a los trabajadores de la economía popular”.
Con meridiana claridad distingue la inclusión como consumidores de la verdadera inclusión social, reclamando una política fuerte de trabajo como pretensión central de las organizaciones.
Con motivo de las reuniones sucesivas de la Mesa contra el Hambre, culminó sus críticas: “La política sigue sin vernos, nos escucha pero no nos ve”.
Tremenda realidad pintada por un dirigente prestigioso, coherente y consecuente con sus principios.
Un luchador inclaudicable, alborotador consecuente, agitador responsable y pertinaz reclamante del entonces presupuesto Macrista, tiempos en que no cejó en sus empeños.
Advierte con justeza la raiz del problema sustancial.
No es cuestión de planes que generen la eterna dependencia estatal del beneficiario con generaciones que se renuevan en una cultura asistencialista.
El tema crucial es generar trabajo para darle libertad y dignidad al individuo.
Tenemos que celebrar la postura del dirigente social.
Valiente y sin ataduras, aún siendo integrante del propio gobierno que toma las medidas.
Es la cultura del trabajo la que debe imperar como política de estado.
Pérsico pone en crisis la dependencia política de los planes, los punteros y el uso electoral, circunstancial de las medidas.
Plantea un horizonte diferente, despojado de las miserias circunstanciales.
Responsable de la organización social más representativa de los sectores postergados, con un núcleo de masividad muy significativo, se desprende de la urgencia electoral e invoca la cuestión de fondo.
Sin trabajo, los paliativos escalan en el pobrismo y la dependencia del administrador de turno.
Los planes sociales necesariamente deben derivar en trabajos y no sucederse indefinidamente.
Certera observación de quién detenta una enorme legitimación de origen y de ejercicio en su actividad.
Pérsico plantea un camino imprescindible en la política económica y social.
Su voz reconforta y transmite esperanza.