URUGUAY: ES EL SABOR DE LO QUE ES IGUAL, PERO UN POCO DISTINTO
Milonga para los Orientales. Jorge Luis Borges
En los versos referidos, de Jorge Luis Borges, prima el afecto y el cariño por la banda oriental, lugar visitado de pequeño y que contiene vínculos familiares profundos, que forjaron su identidad rioplatense.
Difícil no conmoverse ante el contenido de la pluma ardiente en expresión y sentimiento, hacia nuestros queridos hermanos.
Territorio de visitas frecuentes y destierros penosos, pródigo en el abrazo fraterno y la mano extendida, presta para el auxilio sincero y el instante amoroso.
Actualmente, los argentinos que resisten dolorosos y resignados el regreso del kirchnerismo al gobierno, encuentran en sus ámbitos otro estado de la mente.
Los uruguayos, mantienen en su norte el respeto irrestricto por las libertades y la consideración del semejante.
La democracia republicana tiene una tradición de fortaleza notable y sus dirigentes políticos conviven respetuosamente en un clima de concordia y respeto recíproco, con alternancia cívica inigualable.
Las condiciones políticas y económicas tienen una estabilidad constante y sus consistentes rasgos de normalidad absoluta permiten consolidar proyectos a mediano y largo plazo, sin que se modifiquen las reglas del juego.
Los empresarios argentinos pasan a radicarse sucesivamente por el clima general de los negocios y el contraste imperante con los barquinazos en nuestro país.
El caso más famoso es el del titular de la empresa más exitosa de la Argentina, Marcos Galperín, fundador y CEO de Mercado Libre.
Vivió en Uruguay durante los gobiernos de Néstor y Cristina (2002/2015), regresando al país con el triunfo de Macri, pero retornando al Uruguay con la vuelta del Kirchnerismo al poder.
Hostigado de forma insistente por el “amigo papal” y el grupo “Moyano”, renunció como presidente de la empresa y se radicó en Montevideo.
Fiel reflejo del tratamiento a un empresario exitoso, moderno, múltiple proveedor de empleos genuinos, por parte del pertinaz elenco militante de la causa oficial.
El enemigo capitalista se cristaliza en la figura del empresario y el enfrentamiento se constituye en un hostigamiento, para dificultar, comprometer y desalentar la gestión privada.
Tarea de los militantes, sindicalistas, portadores de la causa, en la deriva de la gesta liberadora y revolucionaria.
Progresan los Jerarcas y los Amigos del Poder, pero se traban, perjudican, obstaculizan, los emprendedores independientes y promotores de la gestión privada.
En palabras expresas de Juan Domingo Perón, al destacar las enseñanzas de Mao Tse Tung, el conductor debe establecer, claramente, cuales son sus amigos y cuales enemigos; agregando que: “…a los amigos todo, y a los enemigos…ni justicia…”.
Es un mandato inequívoco para diferenciar dos bandos y de allí la necesidad de la tradicional hegemonía en el Poder Judicial, agravada actualmente por la acumulación en contra de distintas causas a Cristina por el juzgamiento de hechos de corrupción.
Del mismo modo, por idénticas razones de inestabilidad política-económica, mudó sus negocios a Uruguay Marcelo Antelo en el año 2013, invirtiendo en la compra del Grupo Santa Rosa (Renault-Nissan), Nordex y Car One.
Actualmente, elogia el clima de negocios en Uruguay y promueve inversiones del exterior para radicar en el país.
Destaca, en forma insistente el pluralismo político y la convivencia cívica de los uruguayos.
El exitoso representante del grupo “Grobo”, Gustavo Grobocopatel, líder en negocios agropecuarios, se encuentra instalado definitivamente en Uruguay.
Acaba de presentar MAUÁ, una plataforma digital y móvil para sus clientes del sector agroexportador, herramienta concebida para las transacciones y gestión del negocio de granos.
Un último ejemplo, lo constituye Alejandro Bulgheroni, comprometido en inversiones en el Uruguay y firme activista de los tratados de libre comercio o tratados de país-país para favorecer las exportaciones.
Por el contrario, el mercado regulado argentino, cada vez será un mayor obstáculo para impulsar las exportaciones y permitir una economía moderna y competitiva.
Ahora se suman los emprendedores, ya que cada vez es más común la apertura de una empresa en Uruguay para atender los negocios internacionales, regionales o una startup.
Muchos apuntan a la economía del conocimiento, desarrollo de software y tecnología.
Utilizan sociedades preconstituídas con objetos estándares y para exportar los servicios mudan la sede de la actividad, incluso contratando a operadores que se mantienen en Argentina.
Sus proyectos respiran en un clima de estabilidad política, económica y social.
El Uruguay registra una solidez macroeconómica y con beneficios a la inversión extranjera.
Al muy buen clima de los negocios, debe sumarse una excelente calidad de vida.
En este esquema concurren los emprendedores y los sectores medios independientes.
Cuando se consideran las razones de las diferencias entre uno y otro país, aparecen los siguientes perfiles distintivos:
Uruguay es un país liberal, laico y de una tradición de partidos políticos.
Argentina es populista, con gran predominio de la Iglesia, de movimientos y de los Líderes encarnados.
Uruguay en los ranking internacionales, aparece reflejado como una democracia plena, republicana, laica y de alta cultura cívica. Es comparable a los países europeos.
Argentina va en busca del eterno caudillo. El líder omnipotente y el enfrentamiento de bandos. La Iglesia está muy presente y la inestabilidad política y económica es persistente y recurrente.
En la actualidad, los argentinos se dividen entre los que festejan con ocurrencia militante el insistente enfrentamiento con los empresarios, a quienes reprochan, por los abusos, las causas de la notable inflación.
A la par festejan las intervenciones estatales en la actividad económica, las regulaciones que adquieren múltiples formas y las críticas al sector privado, restando cualquier protagonismo e iniciativa al mismo.
Es el Estado el eje de las transformaciones y el impulsor de las políticas y actividades.
Otros, fatalistas, ahogados por el fracaso notorio de la gestión de Macri, a quién reprochan por la vuelta del Kirchnerismo, ya no abrigan esperanza de una gestión apenas responsable y equilibrada.
Advierten, indignados e impotentes, que el ala extrema toma la conducción y encuentran en el exterior la única salida para una vida tranquila y ajena a las penurias cotidianas locales.
La mayoría, asiste pasmada a las fatalidades de una y otra gestión política, continúa con sus gravosas rutinas y con poca esperanza; espera el momento de votar, para el caso de concurrir al acto comicial, encontrar limitadas sus opciones a más de los mismos gestores de fracasos reiterados.
Tenemos que comprometernos con el destino global. Cada quién como pueda y crea que le corresponde.
En definitiva: si no les gusta el infierno, para que le coquetean al diablo.