SIN CAMBIO GENERACIONAL NO HAY FUTURO POSIBLE, NI PROBABLE

                                                           “El covid es una gripe más grave”

                                                                    De la entevista a Mauricio Macri

En una reciente entrevista realizada ante un medio mendocino, el ex Presidente Mauricio Macri, expresó que: “…Nunca creí que esta gripe, un poco más grave, es algo por lo que uno debe estar sin dormir…”.

Triste y desgraciada opinión que falta el respeto elemental a la memoria y el doloroso recuerdo de 87.000 argentinos, que perdieron la vida por efectos del desgraciado virus pandémico.

Actitud irresponsable, que no se salva con tardías disculpas, ni tampoco permite una vuelta gratuita y sencilla, ante las pérdidas y las desdichas.

Remedo burlesco de similares discursos, patéticos y dolorosos, esgrimidos por Trump y Bolsonaro, responsables de miles de muertes, sin culpas ni remordimientos.

Incomprensivo e intolerante frente al dolor y la angustia de los padecientes, por las graves pérdidas familiares y amicales.

Interpela el recuerdo, de la desconocida expresión, torturada y torturante – patente en el recuerdo -, atribibuída como mensaje propio, con reserva de tono presidencial: “que mueran los que tengan que morir”.

Causa legítima que justifica, sin escalas, una aleccionadora jubilación, lejos de futuros compromisos en el devenir de las aspiraciones de figuración pública.

Gana, por goleada, la palabra vacua, que invita a la indignación y el desprecio.

Entroniza el escarnio y acomete vilmente  ante el silencio espantado del común.

Cruel expresión que embiste al dolor y la angustia ciudadana, víctima de un duelo persistente, por las sucesivas e incesantes pérdidas.

La muerte injusta del semejante, las víctimas dolientes. por ausencias irreparables, el vacío encarnado en almas sufrientes, resultan convocantes para el pesar y el testimonio apenado.

 Las graves circunstancias, de forma necesaria, obligatoria, imploran un comportamiento sostenido en una extrema prudencia, sensibilidad, congoja y recogimiento.

La actitud indiferente que descalifica el evento trágico y temerario, lascera las heridas, multiplica el sufrimiento de los afectados y perturba, injustamente, la elaboración del duelo, con palabras de desdén  e incomprensión.

Patente y manifiesto testimonio de la imprescindible necesidad del recambio generacional.

Urge renovar el escenario y promover voces e ideas distintas, portadoras de nuevos verbos y mensajeras de conductas inspiradas.

La ilusión debe sostenerse con el arribo de  otra generación y la memoria es impresdindible para construir esperanza.

No hay disculpas que autoricen el perdón al desvarío, la desconsideración de las muertes, sus deudos y la falta de respeto al universo doliente, despojado, cruelmente, de afectos y sonrisas.

La herida sangrante, se renueva periódicamente, ahonda las pérdidas irreparables, mortifica la íntima sensibilidad, y revive las tristes ausencias de las flores mas cercanas que perfumaban nuestros jardines.

Indolencia intelectual e insensatez, justifican el destierro.

El comportamiento equívoco, el grave error y la confusión, ante las muertes, hace imposible el retorno de lo mismo y lo de siempre, muy agravado por incomprensión e incompetencia en la lectura de la realidad.

Escandaloso estropicio verbal, que da cuenta del desprecio por la vida y la condición humana.

La extrema e inexplicable imprudencia, el fracaso económico de la gestión y la falta de una autocrítica razonable, conspiran, al unísono, para justificar la licencia y el gesto, imprescindible, de abstención.

El recambio es vital para sostener la ilusión.