LOS NUEVOS AMIGOS
Alberto ha suspendido, hasta próxima ocasión y aviso, sus festejadas visitas a las pistas del aeropuerto de Ezeiza.
No son tiempos de recepciones emotivas, relatos épicos o canciones sueltas en desparpajos contra los laboratorios malditos.
Es el fin prematuro de la peregrinación ocurrente, portando chaleco Fluorescente y agradecimiento perpetuo a los oscuros gestores de experiencias infaustas.
Las cosas no ocurrieron como pensaron, la negligencia y la indolencia ganó la parada, con lo cual hay que tomar nuevos rumbos, a la par que mudar hacia el rezo y la plegaria, en demanda de las remesas vacunatorias, provenientes de distinto género y origen.
El brote de esperanza gira al norte continental y los deseos y las ansias miran al país maldito por el relato militante.
El origen de todos los males y pesares autóctonos se presenta como la chance que puede cambiar la suerte del programa de vacunación, condenado al fracaso, en galope firme y sostenido.
El capitalismo extraviado, enemigo declarado por el relato y la fe Cristinista, territorio exclusivo que alienta solamente alegres visitas familiares, pero sistemático referente de las críticas y el despecho eterno, que se hace carne en el discurso oficial, se convierte en la salida para el triste, penoso y anunciado fracaso de la ayuda Rusa.
Curiosa paradoja del destino, los crueles vecinos del norte, históricos depositarios del origen de nuestros pesares y males, juegan un rol de “Mecenas” y protector pandémico, como consecuencia inevitable de la precaria y escandalosa oferta sostenida en la asignación de vacunas a la ciudadanía.
El paseo aeroportuario se transforma en una espera sufriente, silencio de radio y miradas esquivas, consolidando una responsabilidad ausente y una debacle en ciernes.
Persistir en la obstinación y el desmadre, lo traslada a Alberto, sin escalas, al peor escenario posible de tragedia y fracaso patente, cobrando un inexplicable e irresponsable número de víctimas fatales.
La nueva, e impensada amistad, le otorga una posibilidad de salida digna al concierto de errores y dislates cometidos.
La enmienda por Decreto de la Ley del Marco Regulatorio Legal de vacunación, encabezada por la Secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, en negociaciones secretas y confidenciales, de varios meses con el gobierno de EEUU y los Laboratorios de dicho país, tuvo un parto reciente.
Notable triunfo del sentido común, el criterio razonable y las razones justas.
Al Arcón de los recuerdos la postura intransigente, ideológica y limitada por una geopolítica primaria.
Golpe de timón impuesto por las necesidades imperiosas de un programa de vacunación sólido y consistente.
Las urgencias electorales, todo lo pueden, se convierten en las madres del negocio mas controvertido, a la par que un giro impensado en la política internacional.
La Jefa, transita el oprobio, rendida ante los urgentes padecimientos de las encuestas, con lo cual asiente en silencio y se embarca en modo electoral.
En el lenguaje del negocio político, cualquier cosa es mejor que perder unos votos.